Vista del hito en su estado original sin plataforma
Vista del hito, ya con plataforma, desde todos sus ángulos. Los caracteres del punto kilométrico fueron tallados en la propia pieza, pero el resultado no fue demasiado satisfactorio
Este hito se encontraba en el término de Onteniente/Ontinyent (Valencia)
EL 21 DE LA C-320
(ONTENIENTE/ONTINYENT, Valencia).
Comarcal
de Almansa a Gandía, de Fuente la Higuera a Gandía, o incluso de Yecla a
Gandía, según mapas, épocas y denominaciones, yo he preferido quedarme con la
más rimbombante y clásica, la que figura en el mapa topográfico nacional,
escala 1:50.000 y edición del año 1950: carretera comarcal de Almansa al Grao
de Gandía por Albaida. Hay que reconocer que antiguamente las carreteras
españolas tenían nombres y numeraciones bonitas, pero ahora todo ello se ha
perdido, y esta carretera se ha fraccionado en las autonómicas valencianas
CV-660 y CV-60 (ya autovía), además del tramo correspondiente de la N-340 entre
Albaida y Palomar, por el que también se transitaba antaño. Y como esta es
precisamente una de las carreteras de mi pasado, cuando aquellos viajes
familiares y estivales a la costa alicantina de los años 60 y primeros 70, he
decidido dedicarle otro hito kilométrico en miniatura para mi colección
particular, en este caso.
La
C-320 me ha traído desde siempre recuerdos borrosos de mi niñez, cuando
aquellos viajes citados, y tal vez para refrescarlos o ponerlos en limpio
decidí a mediados de los años 80 volver a recorrerla en moto cada cierto tiempo
en un intento casi vano de reconciliarme con mi pasado y con mi memoria.
Todavía en los 80 esta carretera se parecía bastante a la que había conocido
dos décadas atrás, con su larga retahíla de pueblos valencianos que mi padre
recitaba prácticamente de memoria según cubríamos la ruta, Fuente la Higuera,
Fontanares, Onteniente, Albaida, Palomar, Montaberner, Castellón de Rugat,
Montichelvo, Lugarnuevo de San Jerónimo, Rótova..., y quizá alguno más a orilla
de la carretera, que completaba esta toponimia musical y prometedora, pues nos
íbamos acercando a la costa, el destino final deseado para el viaje, después de
ocho o diez horas de fatigoso camino por aquella España invertebrada en la que
aún no se prodigaban las autopistas ni las autovías. Tengo muchos recuerdos de
aquellos viajes y de aquellas carreteras, pero sería excesivamente prolijo
dedicarles extenso detalle aquí, de modo que me quedaré con lo estrictamente
necesario y oportuno para lo que estamos tratando, el hito kilométrico 21 de la
C-320, situado en el conocido como puerto de Onteniente, una breve depresión del
terreno rodeada de hermosos pinares (que un verano se quemaron, para gran
consternación nuestra) por la que se internaba la carretera durante unos pocos
kilómetros de curvas, subidas y bajadas antes de regresar al llano. En ese
pequeño puerto había viejas alquerías y casas de labor, seguramente ya entonces
abandonadas, que me causaban una gran fascinación, no sé porqué, y el paisaje
en general me motivaba y me resarcía de las penalidades del viaje, sobre todo
del calor terrible que se sufría en aquellos modestos automóviles utilitarios
de la época desprovistos de aire acondicionado. Poco después se llegaba a
Onteniente, y a su entrada la carretera describía unas curvas tan inverosímiles
como peligrosas, y recuerdo las chimeneas de ladrillo de las fábricas, y los anuncios
de marcas célebres de mantas, ya desaparecidas, sobre las fachadas de las casas
de esta población dedicada a la industria textil, y la travesía interminable
por las calles (aunque más larga y laberíntica era la de Albaida), antes de
volver a salir a carretera abierta.
Varias
veces he vuelto a recorrer la entrañable C-320 en los años 80 y 90 del pasado
siglo, como digo, pero poco a poco las cosas han dejado de ser como fueron.
Variantes, rotondas y tramos de autovía han desdibujado por completo el paisaje
de esta carretera. Incluso el puertecillo de Onteniente ha estado cerrado
durante mucho tiempo con motivo de las obras, y a día de hoy no sé si se ha
vuelto a abrir o se ha condenado para siempre el tramo de carretera que lo
atravesaba. Me temo lo peor, pero la que fue C-320 ya era entonces una
carretera importante, a pesar del escaso tránsito que soportaba, una vía de
comunicación estratégica entre la provincia de Albacete y la costa valenciana,
y por ello se antojan razonables todas las mejoras ejecutadas durante estos
largos años, aunque nuestra nostalgia del pasado se vea afectada por ello.
Carreteras modernas y sentimentalismos pretéritos parece que casan mal.
No recuerdo
haber visto nunca el hito kilométrico 21 de la C-320 ni ningún otro de ella,
pero es seguro que existió. Y en todo caso, con la réplica a escala en barro,
ha vuelto a existir. Para esta pieza, la número catorce de mis producciones, he
innovado la numeración kilométrica tallada sobre la superficie del mojón, pero
no me ha convencido el resultado, aparte de que no eran muy numerosos los
ejemplares reales que aplicaban este sistema de rotulación. En la siguiente
pieza, como veremos a continuación, volví a emplear este sistema, para
desecharlo posteriormente y volver a la rotulación convencional en su acabado
definitivo.
Ficha del hito:
Ubicación original del hito real (aprox.):